"Quitamiedos" y seguridad de los motociclistas

[Juanjo-CO]

Queridos amigos y compañeros del Touring:

Tras la oportuna consulta con Andrés, me decido a trasladaros un resumen breve de un artículo sobre “Seguridad de motociclistas y artículo 385 del Código Penal”, que se publicará en un libro y en una revista especializada dirigida a operadores jurídicos (jueces, abogados, etc.) De lo que trata es del grave problema que para los motociclistas suponen los “quitamiedos” de las carreteras, contra los que tantos motoristas han perdido la vida o sufrido mutilaciones o lesiones muy graves.

Como bien sabes, los “moteros” de manera recurrente venimos reclamando que se nos proteja ante ese peligro, sin que nadie nos atienda. Por eso que me pareciera útil estudiar la posibilidad de aplicar el Código Penal a los responsables de la situación. De eso trata el artículo y el resumen que te acompaño a continuación. En todo caso, os dejo un enlace al texto completo del trabajo, por si os animáis a leerlo entero. Como comprobaréis con un simple vistazo, es de fácil lectura y lo principal se entiende sin problema alguno. Salvo las dos primeras páginas y las dos últimas, que son de contenido más técnico, lo demás es la descripción de los sistemas de contención de vehículos y la explicación de por qué suponen un grave riesgo para los motociclistas.

RESUMEN:

1. En el estudio se trata de la responsabilidad penal de quienes han regulado las barreras de protección ante obstáculos utilizadas en las carreteras españolas (Orden Circular 35/2014, en particular su sistema de soportes: postes de los “quitamiedos”, para entendernos) y quienes mantienen en vigor y aplican dicha normativa a pesar de tener constancia fehaciente de que constituyen un grave riesgo para la circulación de los motociclistas.

2. El soporte legal de esa eventual responsabilidad es el artículo 385 del Código Penal: “Será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años o a las de multa de doce a veinticuatro meses y trabajos en beneficio de la comunidad de diez a cuarenta días, el que originare un grave riesgo para la circulación de alguna de las siguientes formas: 1.ª Colocando en la vía obstáculos imprevisibles, derramando sustancias deslizantes o inflamables o mutando, sustrayendo o anulando la señalización o por cualquier otro medio. 2.ª No restableciendo la seguridad de la vía, cuando haya obligación de hacerlo.”

3. La responsabilidad penal surgiría porque el sistema de contención de vehículos (de cuatro o más ruedas: coches y semejantes) legalmente establecido para evitar que un coche fuera de control colisione con un obstáculo o caiga por un desnivel, supone inevitablemente un riesgo muy grave para la circulación de los motociclistas. En definitiva, consiste en poner un “obstáculo” para impedir la colisión con otro cuyos efectos dañosos se estiman más graves o para evitar la caída por un desnivel.

4. Estas barreras de contención de vehículos (“quitamiedos”) se fijan al suelo mediante postes de acero, separados unos de otros, dejando un amplio espacio horizontal libre entre uno y otro, y, verticalmente, entre la barrera de seguridad y el pavimento. Postes, pues, que constituyen en sí mismos, a su vez, otro “obstáculo” contra el que puede colisionarse en caso de accidente.

5. La OC 35/2014 es perfectamente consciente de los graves peligros que tales postes suponen para los motociclistas, reconociendo que “cuando el conductor pierda el control de la motocicleta y, como consecuencia, se produzca la caída, sus usuarios se deslizarán por la superficie del pavimento, teniendo tendencia a salirse de la vía” (art. 8 OC). Lo que también sabe, y no dice, es que cuando eso ocurra el motociclista se golpeará inevitablemente con los postes verticales con los que se fijan al suelo las barreras de protección de vehículos (de cuatro ruedas), lo que agrava extraordinariamente los riesgos de los accidentes de los moteros.

6. Ello es así porque -como, aún sin detalles, reconoce la propia OC (art. 8)- los postes verticales hacen que la parte del cuerpo que impacta con ellos quede parada en seco, mientras que el resto del cuerpo continuará con la inercia de la caída y seguirá libremente su trayectoria por debajo de la barrera de protección para vehículos a través de los espacios vacíos que se han dejado entre unos postes y otros y entre la barrera de protección y el suelo. Lo que equivale a menudo a la muerte, la mutilación o lesiones muy graves para los motociclistas, incluso en accidentes que en otras circunstancias no habrían provocado tan graves consecuencias. Postes mortales (los tristemente famosos “IPN”), que se han mantenido operativos hasta 2014, a pesar de que se era consciente -como reconoce expresamente la propia OC- de que estaban causando la muerte y terribles incapacidades y mutilaciones a muchos motociclistas.

7. Ese riesgo creado para los motociclistas como consecuencia inevitable del sistema de protección establecido para proteger a coches y vehículos similares solo puede evitarse con la instalación de una “barrera continua” que impida la colisión directa contra los postes de sujeción al suelo de las barreras de seguridad para vehículos. Esta es la única forma de que se reparta la fuerza del impacto en toda la superficie de contacto y, lo que es más importante, de impedir que ninguna parte del cuerpo del motociclista supere la barrera de contención de vehículos.

8. Sin embargo, a pesar de que quienes hicieron la OC, quienes la aprobaron y quienes la mantienen en vigor son conscientes de la situación, no se ha adoptado medida alguna para evitar tan grave riesgo, sin haber convertido en obligatorio el uso de las imprescindibles “barreras continuas”. Con la escandalosa paradoja de que el cumplimiento de la imprescindible obligación de salvaguardar la vida y la integridad de los conductores de vehículos de cuatro ruedas se hace creando un peligro muy grave para los motociclistas. Un peligro, por añadidura, que la propia OC 35/2014, sabe cómo puede evitarse -y así lo contempla-, pero que, sin embargo, no resuelve.

9. Ello constituye un principio de actuación absolutamente inaceptable. Los motociclistas merecemos una garantía de protección de su vida y de su integridad personal idéntica a la que merece cualquier conductor de un vehículo: todos somos usuarios de las carreteras, todos estamos legalmente habilitados para utilizarlas, todos pagamos nuestros impuestos, todos nos enfrentamos a semejantes riesgos y todos tenemos derecho a que se nos reconozca idéntica seguridad vial. Es inmoral proteger a unos, poniendo para ello en grave peligro a otros, cuya seguridad se desprecia, y mantener la situación durante años, sin voluntad real alguna de abordar y resolver el problema.

Esto es lo que se desarrolla en el artículo que os acompaño: en qué condiciones podría exigirse responsabilidad penal por el artículo 385 CP, por el grave peligro creado para la vida y la seguridad de los motociclistas, a quienes han elaborado y mantienen en vigor y aplican la OC 35/2014.

Un abrazo a todos,

[andres sanchez lopez de l]

Muy interesante y útil, Juanjo. Muchas gracias por darnos a conocer éstos temas legales que nos pueden servir a todos en momentos determinados (Dios no lo quiera) y que por desconocimiento no utilizamos.

[Manolo Cruces]

Juanjo muchas gracias. A mi, personalmente, me va a servir bastante.
Un abrazo

[Antonio Mompel]

Juanjo, muchas gracias por el aporte, lo he leído y me parece muy interesante.

Gracias.

[Juanjo-CO]

Gracias. Celebro que os interese. Creo que puede ser una línea de actuación o, al menos, de argumentación, en las reivindicaciones de asociaciones y clubes de motoristas. La verdad es que el tema merece la pena, y creo que los clubes deberíamos ser más activos en una cuestión que nos afecta tanto a todos. Hoy publica El Mundo un informe sobre accidentes de motociclistas y está claro que no se deben solo a la "locura" de los moteros. De hecho, en la foto que ilustra el reportaje aparece una moto caída junto a una barrera de protección de vehículos... sin barrera continua, naturalmente.
Un abrazo,
JJ

[Ricardo Egea]

Muy interesante Juanjo., este tema habrá que seguirlo muy de cerca, nadie está a salvo de estas cuchillas asesinas.
Que por lo menos el peso de la ley caiga sobre los responsables de facilitar el que sigan muriendo usuarios de la red vial acuchillados.

Gracias hermoso