Cuéntame un cuento

[Moriano]

Hola amigos, ya estoy aquí otra vez, no creáis que no quiero cuentas con vosotros, pero me cuesta mucho ponerme frente al ordenador, la verdad es que me aburre bastante, pero bueno quiero hacer propósito de enmienda.
En la salida a Toledo, Pepe Muñoz me animaba para que entrara más en el foro, y bueno, he pensado si no os importa, abrir un apartado para contar cuentos, algo que siempre me ha gustado. Los cuentos nos aportan sabiduría y la sabiduría, para mí, no es más que el resultado del trabajo individual de vivir y de aprender de lo vivido, a fin de mejorar nuestro eterno presente y el de nuestro entorno. No se encuentra y no se hereda, se trabaja y se gana a diario.

" Puedes tener incalculables tesoros,
cofres de joyas y arcas de oro.
Más rico que yo no serás, lo presiento;
conozco a alguien que me cuenta cuentos"
Cynthia Pearl

" Los cuentos tienen la capacidad de aportarnos SABIDURÍA, de que podamos reflexionar y ver desde otra perspectiva toda nuestra esencia y la que nos rodea. Nos dan la oportunidad, de una manera sencilla, de poder echarnos una ojeada introspectiva. Nuestro presente y su correcta gestión, me parece, ya es suficiente responsabilidad. Nuestra Paz Interior va a depender de cómo gestionamos nuestras emociones.
Aunque no podamos evitar determinadas situaciones, a veces complejas o difíciles, aunque tengamos la impresión de que todo se nos escapa de las manos, siempre es posible escoger nuestra actitud ante aquello que sucede. Esta es nuestra primera Libertad y un ejercicio de responsabilidad que modulará el grado de sufrimiento o gozo que incorporamos a nuestra vida y que será fruto de nuestra mayor o menor coherencia personal. Es importante aprender que es posible rechazar, sin violencia, las agresiones que nos llegan, los insultos y las ofensas. Aprender a desprendernos de relaciones, objetos, ideas emociones,ofensas y cargas, es un aprendizaje vital imprescindible para no quedar anclados y poder seguir adelante,ligeros de equipaje. Es posible elegir el Equilibrio, vivir intensamente nuestro presente con atención centrados y abiertos a la vida.

Nunca debemos olvidar que hay una sola persona con la que, con seguridad, vamos a compartir toda nuestra vida : NOSOTROS MISMOS. ¿ Escogemos vivir con equilibrio o escogemos el desequilibrio ? Nadie puede elegir por nosotros "
( APLÍCATE EL CUENTO )
Gracias Pepe por animarme a lanzarme a esta aventura, abrir una nueva ventana para poder compartir la POSITIVIDAD, que es de lo que se trata y por qué no, de intentar que todos colaboréis con vuestros comentarios y vuestros cuentos. Espero no aburriros.
Voy a comenzar con un cuento que seguro que no hace falta que os diga porque lo he elegido :

" UN JARDÍN DE ROSAS "
El poeta Coleridge recibió un día la visita de un admirador. Cuentan que en el transcurso de la conversación, surgió el tema de la niñez y la educación:
- Creo - afirmó con rotundidad el visitante - que debe dejarse a los niños total libertad para que piensen y actúen desde que son muy pequeños y que puedan tomar sus propias decisiones sin que nosotros intervengamos. Sólo así podrán desarrollar al máximo toda su potencialidad.
-Ven a ver mi jardín de rosas - le dijo Coleridge acompañando a su admirador hasta el jardín.
Al verlo, el visitante exclamó :
- ¡ Pero esto no es un jardín... esto es un patio lleno de maleza !
- Solía estar lleno de rosas - dijo el poeta-, pero este año decidí dejar a las plantas de mi jardín en total libertad de crecer a sus anchas sin atenderlas. Y este es el resultado..

Bueno espero que os guste y que os haga pensar. Muchos besos a todo y gracias...

[Josep]

...m' has emossionaooo Pepelu !
...te sigo el hilo:

Cuenta una vieja leyenda de los indios Sioux que una vez llegaron hasta la tienda del viejo brujo de la tribu, tomados de la mano, Toro Bravo, el más valiente y honorable de los jóvenes guerreros, y Nube Alta la hija del cacique y una de las más hermosas mujeres de la tribu.
- Nos amamos - empezó el joven.
- Y nos vamos a casar - dijo ella.
- Y nos queremos tanto que tenemos miedo. Queremos un hechizo, un conjuro, un talismán. Algo que nos garantice que podremos estar siempre juntos. Que nos asegure que estaremos uno al lado del otro hasta encontrar a Manitú el día de la muerte.
- Por favor - repitieron - ¿hay algo que podamos hacer?

El viejo los miró y se emocionó de verlos tan jóvenes, tan enamorados, tan anhelantes esperando su palabra.
- Hay algo...- dijo el viejo después de una larga pausa -. Pero no sé...es una tarea muy difícil y sacrificada.
- No importa - dijeron los dos-. Lo que sea - ratificó Toro Bravo.
- Bien -dijo el brujo-. Nube Alta, ¿ves el monte al norte de nuestra aldea? Deberás escalarlo sola y sin más armas que una red y tus manos, y deberás cazar el halcón más hermoso y vigoroso del monte. Si lo atrapas, deberás traerlo aquí con vida el tercer día después de la luna llena. ¿Comprendiste?
La joven asintió en silencio.
- Y tú, Toro Bravo - siguió el brujo - deberás escalar la Montaña del Trueno; cuando llegues a la cima, encontrarás la más brava de todas las águilas y, solamente con tus manos y una red, deberás atraparla sin heridas y traerla ante mi, viva, el mismo día en que vendrá Nube Alta...¡salgan ahora!.

Los jóvenes se miraron con ternura y después de una fugaz sonrisa salieron a cumplir la misión encomendada, ella hacia el norte, él hacia el sur.... El día establecido, frente a la tienda del brujo, los dos jóvenes esperaban con sendas bolsas de tela que contenían las aves solicitadas.
El viejo les pidió que con mucho cuidado las sacaran de las bolsas. Los jóvenes lo hicieron y expusieron ante la aprobación del viejo las aves cazadas. Eran verdaderamente hermosos ejemplares, sin duda lo mejor de su estirpe.

- ¿Volaban alto?- preguntó el brujo.
- Sí, sin duda. Como lo pediste... ¿y ahora? - preguntó el joven- ¿los mataremos y beberemos el honor de su sangre?
- No - dijo el viejo-.
- Los cocinaremos y comeremos el valor en su carne - propuso la joven-.
- No - repitió el viejo-. Harán lo que les digo: Tomen las aves y átenlas entre sí por las patas con estas tiras de cuero... Cuando las hayan anudado, suéltenlas y que vuelen libres.

El guerrero y la joven hicieron lo que se les pedía y soltaron los pájaros. El águila y el halcón intentaron levantar vuelo pero solo consiguieron revolcarse en el piso. Unos minutos después, irritadas por la incapacidad, las aves arremetieron a picotazos entre si hasta lastimarse.
Este es el conjuro...
-Jamás olviden lo que han visto. Son ustedes como un águila y un halcón; si se atan el uno al otro, aunque lo hagan por amor, no sólo vivirán arrastrándose, sino que además, tarde o temprano, empezarán a lastimarse uno al otro. Si quieren que el amor entre ustedes perdure, vuelen juntos pero jamás atados.

...pues con Tuchy no coló...hubo que pasar por sacristia ! ...

[Pepe Muñoz]

Jose, es una alegria que por fin te hayas animado a compartir con nosotros ese gran don que tienes. Seguro que nos vendrá fenomenal a más de uno ver las cosas desde otro punto de vista. lo de las rosas da que pensar sobre todo en los tiempos que corren.....

Josep, muy buena histora.... me ha gustado mucho.

Que sigan los escribientes artistas con más historias, cuentos, o lo que sea.... por favor, que estaba el verano muy aburrido este año...

[Roberto]

Cuenta, cuenta .....

No vemos pronto ...... saludos !!!!

[Juan Jimenez]

Hola a todos ;

Os pongo mi relato corto ,me lo publicaron el 5 de agosto en el concurso literario del periodico Ideal de Granada , espero que os guste , tiene menos de mil palabras ( segun las bases) y tardareis menos de cinco minutos en leerlo.

Saludos


“El Mono Azul”

Llovía intensamente aquella noche, sorteando los numerosos charcos caminé hacia el letrero luminoso “El mono azul“. Aquel cabaret era uno de los muchos que estaban abiertos en Estambul.
Dejé mi gabardina y sombrero al cuidado de una amable recepcionista tras poner un billete en sus manos. El local era mucho más amplio que lo que aparentaba desde fuera, una intensa nube de humo dificultaba la visión de la sala debido a los cigarrillos.
Me asignaron una mesa cerca del escenario, eso me costó otra propina. El ambiente estaba animado, muchos caballeros de smoking blanco daban un toque de clase, las fulanas se les acercaban como moscas para que las invitasen a una copa.
La orquesta tocaba una conocida melodía, el camarero se acercó.
— Buenas noches. ¿Qué va a tomar el señor?
— Un whisky doble, sin hielo.
Al poco tenía el vaso en la mesa. A mi lado unos turcos cerraban un trato de una carga de algodón con destino al ejército ingles, brindaban al final muy contentos; uno de ellos hizo una señal a las chicas de una mesa al fondo, cerca de la barra del bar, estas se acercaron riéndose y pronunciando palabras cariñosas.
— ¡Que chicos mas guapos! ¿Dónde nos sentamos?
— Por aquí, nenas, hay sitio para todas.
— ¿Qué queréis beber?
— Pues champán, eso ni se pregunta.
— Camarero traiga el mejor champán francés que tenga, dijo uno de ellos.
— Enseguida señor.
Una especie de maestro de ceremonias subió al escenario y pidió silencio. Nadie le hacía caso, era un personaje diminuto, vestido de frac y maquillado hasta las cejas. Hizo sonar dos botellas de una mesa vecina.
— Señoras y señores, a continuación nuestra estrella principal Samira Haddad. Pido un aplauso para ella.
Salió tras unos cortinajes corinto, sus poderosas caderas la hacían andar sensualmente, llevaba un ajustado vestido formado por pequeñas placas de metal negras engarzadas entre sí. Sus piernas en movimiento salían por una abertura lateral que llegaba más arriba de lo recomendable hasta para la dudosa moral del local.
Al saludar dejó entrever su gran escote en la espalda que cerraba con un brazalete al cuello. Un suspiro de admiración surgió entre el publico masculino. De piel morena y pelo lacio negro hasta los hombros, unos ojos grandes y oscuros como el carbón sobresalían en un rostro suavemente maquillado, destacando los carnosos labios pintados de un carmesí intenso.
Habló en árabe e inglés, no alzaba la voz, era innecesario, tal era el poder magnético ejercido por aquella criatura que encarnaba los sueños de cualquier mortal. La profunda voz salio del micrófono interpretando una canción lenta “Everytime we say goodbye”.
Nunca una de Cole Porter me había sabido como esta, acariciaba el micrófono como si quisiera bailar con él, moviéndose suavemente, la orquesta acompañaba en un segundo plano tras la bella aparición.
Hace algunos años, en el Radio City Music Hall, ví al compositor al piano acompañando a una cantante y ahora, en el otro confín del mundo, vuelvo a escucharla con la voz maravillosa de esta turca desconocida.
Después de algunas canciones, miré la hora, era la una de la madrugada, el local estaba a tope, llamé al camarero.
— Por favor querría mandarle una botella de champán a la señorita en su camerino, acompañada de esta nota.
— ¿Cómo no, señor?
Deslicé un billete entre el papel.
— Muchas gracias, en cuando acabe se la llevaré.
Cuando me reclutaron pensaba que acabaría arrastrándome por alguna trinchera de las Árdenas, no vestido de smoking tomando copas. Curioso el destino, había acabado Derecho en Columbia justo al comenzar la guerra y me presenté a filas.
—¿Qué sabes hacer? me preguntaron.
— Estudiar, leer y jugar al rugby — respondí.
— Pues a ver lo que te buscamos, comentó el sargento mayor.
Acabó de cantar, saludó con una leve inclinación y tras un mar de aplausos se retiró del escenario. Al cabo de un rato llegó de nuevo mi emisario.
— La señorita Haddad le agradece el champán y estará encantada de saludarle.
Le acompañé por unos pasillos débilmente iluminados hasta la puerta del camerino. Llamó con discreción y una voz familiar le respondió. Cuando entré, estaba todavía tras un biombo de cretona.
— Es usted muy gentil, señor… No recuerdo su nombre — me dijo.
— Thomas Archer —respondí.
— ¿Es usted americano?
— Pues sí.
— ¿Y qué hace usted en Estambul, si se puede saber?
— Comercio con licores.
— Eso no suena muy convincente.
— No solo licores, armas, comida, antibióticos, la guerra trae muchas oportunidades a quien las sepa aprovechar.
— Veo que lo del ejército de su país no va con usted.
— Digamos que es malo para mi salud, no me gustaría morir demasiado joven, salí de allí un tanto precipitadamente.
— Pero no he venido aquí para hablar de mí solamente. ¿Le apetecería cenar?
— ¿Con un desconocido?
— Ya me he presentado.
Sonrió:
— Veo que es usted incorregible, espere que me arregle un poco.
— Está preciosa así.
— Como quiera, respondió cogiendo un abrigo de pieles.
Le abrí la puerta, pero cuando pasó por mi lado la abracé suavemente, no se resistió, clavé el estilete debajo del pecho entre dos costillas, solo los ojos se dilataron de sorpresa antes de caer muerta en mis brazos. La acosté en una chaise longue bajo los cojines, disimulando la sangre y salí con tranquilidad, recogiendo mi sombrero y gabardina, pero sin entretenerme lo mas mínimo.
Hacía dos años que íbamos tras ella, Dilara Celik, la más peligrosa agente de la Gestapo en Oriente Medio, muchas vidas se había cobrado su terrible eficacia.