de la "Selva Negra" decir que tiene un especial encanto con rutas para moto estupendas, algunas de las cuales son tan espectaculares por su trazado, tanto de curvas como de pronunciadas pendientes y con un ancho de vía tan reducido que en más de una ocasión hemos encontrado carreteras cortadas para motos en días festivos. La "Selva Negra" es la cuna de los relojes y podéis ver relojes por todas partes, la gente es muy amable y el alojamiento en general muy abundante y acogedor en numerosos Gastof que son a modo de casas rurales con una decoración muy familiar. La comida pese a lo que más de uno aseguraba, es variada y no se reduce a salchichas y Kartofen, con precios en general muy razonables. La cerveza, en dos palabras ... "es pectacular" (con cañas de 500ml, las pequeñas
) Tanto Ginés como un servidor aprendimos el alemán de repente y nunca nos faltó cerveza 
En Munich, hemos podido visitar el enorme "museo BMW" para lo cual hemos hecho valer el carnet del "Club BMW Touring" consiguiendo un descuento del 50%. ¿Quien decía que el carnet del club no valía para nada? Estuvimos pendientes de si había sorteo de algún vehículo expuesto para ese día , pero debieron hacer "marote" los de la organización del museo y el premio se quedó en la BMW. Munich como ciudad bien merece una visita.
De Munich pasamos a Austria haciendo un día de ruta, para terminar de nuevo en Alemania en la ciudad de Friedenstrasse junto al lago Konstanza. De lo poco que andamos por Austria decir que en efecto es el paraíso para las motos, carreteras espectaculares con paisajes increíbles y motos por miles. Cualquier carretera que elijas es impresionante, pero de Austria quien mejor os puede hablar es el grupo de Josep, Adsuara, Manolo y el bombero que se lo han pateado en profundidad.
Una vez en el lago de Konstanza era inevitable ir a las cascadas del Rin en Schauffausen y pasar un buen rato admirando el espectáculo de tanta agua precipitándose, para después hacer un pequeño recorrido río arriba por pequeños pueblos increíblemente bonitos hasta llegar al vistoso "Stein am Rehin" que tiene un casco antiguo particularmente cuidado y agradable de visitar. Mas tarde nos dirigimos a Konstanza para pasear por sus calles y cenar en los muelles del lago con un ambiente buen de verano.
De Alemania salimos en un Ferry cruzando el lago Konstanza en una travesía de algo más de media hora, lo justo para tomar un par de cervecitas al sol en el barco y entrar en Suiza con mucho relax. Nos dirigimos a Lucerrna donde nos recibieron con cubos de agua, pero pudimos visitar su famoso puente de madera y dar un pequeño paseo por el casco antiguo y salir nadando para dormir en un hotel muy rústico a la manera del hotel Roya de Espot pero un poco más viejo todavía en la ciudad de Interlaken a los pies del glaciar Jungfrau, al cual nos acercamos en el tren que sube a la mayor altura en Europa, unos 3500mt., para disfrutar de las vistas y admirar el glaciar, que por cierto cada vez es más pequeño, de hace seis años a este verano se aprecia como retrocede velozmente (preocupante). Aunque esa misma noche calló una buena nevada que dejó toda la montaña blanca.
De Interlaken nos dirigimos a Neuchatel que es una ciudad muy bonita junto a un enorme lago en la parte nor-occidental de Suiza, con un conocido del lugar pudimos ir a una especie de majada o venta rústica en lo alto de la sierra de Jura y disfrutar de la mejor Fondue de queso que os podáis imaginar, en largas mesas corridas, compartiendo el sitio codo con codo con los del lugar. Por el camino se nos cruzaron algunos ciervos que merodeaban por el bosque y la estrecha carretera que solo permitía el paso de un único vehículo.
De Neuchatel pusimos rumbo a Ginebra (que al igual que Munich también merece una visita y sobre todo para los que gustan de los relojes de pulsera, cada escaparate te ofrece lo mejor en relojería suiza) donde pasamos un día paseando y haciendo shoping, y reponiendo fuerzas para al día siguiente tomar rumbo a España, bajo una buena manta de agua las dos primeras horas y después durante unos 400 kilómetros con un viento infernal, conseguimos llegar a Gerona donde nos esperaban los anfitriones oficiales del club para los que salen y entran por la frontera de la Jonquera, los amigos Josep y Tuchi, una buena cena en el casco antiguo de Gerona y regreso por fin a Madrid.
Un buen viaje, con buena compañía, muy tranquilo, sin prisas, y disfrutando del día a día.
Si queréis ver unas cuantas fotos las podéis ver en esta dirección:
http://picasaweb.google.es/elcuraxx1/Verano2008SelecciN
Darugo Dario Durnio
La vida son dos dias, y muchos kilometros y quiero repetir
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